Baterías

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¿Qué es una batería?

Es el sistema que ayuda a almacenar el excedente de energía generada por los paneles solares asociados. Ello permite que la energía se pueda usar durante las horas en las que no hay luz solar (el momento en el que la instalación fotovoltaica no produce energía).

Tipos de batería y características

Batería solar

La batería solar es un dispositivo electroquímico que usa la energía química para liberar, o almacenar, electricidad. Su uso contribuye a mejorar la intensidad de la corriente que genera el panel fotovoltaico durante su funcionamiento. Los paneles solares que hay en el mercado incorporan las baterías.

Es importante recordar que todo dependerá de la instalación que se tenga. En ocasiones, la energía excedentaria vuelve a la red eléctrica. Lo más adecuado es apostar por alguno de los siguientes tipos de baterías, según el uso que se les vaya a dar.

Batería de gel

La batería de gel se fabrica con un electrolito que se gelifica y se sella. Dura unos 12 años y su rendimiento es adecuado para cualquier casa. Resiste muy bien el funcionamiento constante de los electrodomésticos con motor y se adapta perfectamente a los picos de arranque.

Se instala en cualquier espacio libre. Su salida de tensión es ideal y admite el uso combinado con inversores. Conserva la carga al 80 % durante medio año. La temperatura no le afecta, ya que su grado de calentamiento es ínfimo.

Aporta más energía que potencia, por lo que es también adecuada para instalaciones relacionadas con la alimentación de equipos de informática o de telecomunicaciones, entre otras opciones.

Batería de litio

La batería de litio funciona con un electrolito con sales de litio. El ion o el polímero de litio son las dos opciones más recomendables. Este tipo de pila es muy seguro y presenta una enorme eficacia gracias al litio y al fosfato de hierro.

Además, es posible encontrar modelos con una potencia de entre 12 y 24 vatios. Su durabilidad ronda los 15 años. Sorprenden por su fiabilidad y por su ligero peso. No necesitan mantenimiento. Se cargan en muy poco tiempo. La apuesta decidida de la industria por esta modalidad confirma su eficacia.

Su uso doméstico está generalizado. La autodescarga de estas baterías es muy baja y no tienen memoria. Es posible descargarlas al 100 %. La reducción de su tamaño y de su peso no afectan a su rendimiento. Con una densidad energética que triplica la de las baterías convencionales, aceptan tasas de corriente, de carga y descarga muy elevadas.

Tienen capacidad para ofrecer de una manera continuada 5 kW de potencia y llegarían hasta los 7 kW. Son ideales para cualquier tipo de instalación.

Batería de plomo

La estructura de una batería de plomo se divide en seis celdas, que incluyen placas de plomo como electrodos. Estas pilas se instalan en paralelo para respetar su polaridad alterna (una positiva y otra negativa, que suele colocarse en la zona exterior). El electrolito en este caso se compone de ácido sulfúrico y agua destilada.

Este tipo se conoce con los nombres de plomo-ácido o de plomo abierto. En una instalación solar, presenta una tasa de descarga muy elevada que llega al 10 % de pérdida de la energía acumulada cuando está en desuso. La carga total se pierde en menos de 24 horas. Por suerte, se puede ampliar para que se ajuste mejor a las necesidades específicas del usuario.

Mantenimiento de las baterías

El mantenimiento de las baterías solo es necesario en los modelos de plomo abierto. Es importante revisar el nivel de agua destilada, ya que esta se evapora durante el uso. En la carcasa, hay dos niveles especificados para rellenar el agua correspondiente. Si no lo hacemos, la batería se dañará progresivamente. Otras medidas a tener en cuenta son las siguientes:

• El control de la temperatura del espacio donde se instala. La temperatura debe ser de 20 grados. Si es menor, la pila va perdiendo carga. Si es mayor, el electrolito se evapora en menos tiempo y el mantenimiento ha de ser más habitual. Si las pilas se van a instalar en un espacio sin ventilación, hay que usar baterías selladas para evitar que se acumulen los gases. No se debe fumar o prender fuego en el espacio donde están las baterías.
• Limpiar los bornes. Debe utilizarse un pañuelo limpio y seco para limpiar los bornes de la pila antes de conectarla al menos una vez al año. No es aconsejable tocar los polos al mismo tiempo. Los bornes han de limpiarse de uno en uno. Es usual que se cree una capa blanca por la sulfatación debido a la falta de mantenimiento del electrolito. Es necesario rascar los bornes con un cepillo con pelos de latón. Hemos de comenzar con el polo negativo y seguir con el positivo.
• Revisar las conexiones. Es imprescindible verificar las conexiones y también el cableado que va del inversor de corriente a las baterías. En ocasiones, los cables se sueltan y hay que ajustarlos. La comprobación visual de la existencia de alguna zona quemada o la falta de un protector en una zona concreta es de vital importancia. Si detectamos alguna anomalía, esta puede estar provocada por el uso de un cable poco apropiado. Comprobaremos el voltaje como complemento para esta revisión.
• Es conveniente cargar la batería de plomo con un grupo electrógeno externo para revisar si su carga supera los 12 vatios. Si no es así, es posible que haya algún daño en cualquiera de los seis vasos.
• No ha de dejarse que las baterías se descarguen totalmente. En estos casos, habría que usar un grupo electrógeno para cargar la pila al 25 % antes de proseguir con su carga mediante el panel solar. Si la pila lleva unos días con la carga mínima, habría que cargarla totalmente antes de comenzar con el ciclo habitual de la instalación.

En caso de que quede alguna duda sobre la importancia de la batería en una instalación solar, no hay nada mejor que contactar con nosotros para recibir el asesoramiento profesional adecuado.